Después de tener a mi segundo hijo, mis amigas notaron un cambio significativo en mí, atribuyéndolo a la maternidad. Motivada por esto, decidí profundizar en la comunicación no violenta y la crianza consciente, lo que resultó ser revelador y transformador para mi propia sanación y la relación con mi familia.
Al comprender que la crianza consciente requiere primero una transformación personal, empecé a ver cambios positivos en mi relación de pareja y en cómo me relacionaba con mis hijos. Esto me llevó a crear un espacio de apoyo para madres que buscan adoptar este enfoque, enfrentándose al estigma de la madre sacrificada y fomentando confianza en lugar de culpa.
Ya no me siento sola en esta travesía y veo transformaciones similares en muchas mujeres de los grupos de estudio en los que participo. Si crees en una crianza natural y consciente, estoy aquí para acompañarte en este camino.
Un abrazo,